martes, 1 de julio de 2008

Acta declaratoria de un hecho común en Tinajerayoj

-Usted también lo hubiera hecho, señor.
-Bueno nene pero te hubieras lavado las manos aunque sea...
-No tuve tiempo po. La vieja lloraba mucho y me ha impresionao verlo a mi hermanito
-Por favor cabo tome nota. Pibe no mes digas más señor. Estás en una comisaría y soy el comisario del pueblo teneme respeto.
-Bueno po disculpe... comprenda mi situación
-¿Edad?
-Creo que 14 años. No estoy seguro porque cuando me han inscrito yo ya tenía seis años...
-Cabo, proceda con el interrogatorio cualquier cosita... ya sabe.
-¿Nombre?
-¿Como me dicen o como figura en el documento?
-El documento
-Ah... Me han puesto como al desgraciao ese, Carlos.
-¿Apellido?
-Roldán. Carlos Hipólito Roldán.
-¿Por qué motivo ha venido?
-Empiezo nomá
-Si, sí empiece.
-Bueno la cosa había empezao el Viernes, cuando ha vuelto del obraje, como siempre, lo ha venio ha buscar el Hugo en la moto.
-¿Hugo ha dicho?
-Sí, el Hugo Robles, del rancho de Doña Tita.
-Hugo Robles... Muy bien, prosiga.
........
-Que prosiga hombre
-¿Qué?
-Seguime contando changuito
-Ah.... Bueno le había dicho que lo había venido ha buscar el Hugo, y él ha largao todo, y se ha ido. Mi mama le había pedio que desmonte un poco porque los yuyos nos estaban tapando y como ya viene el verano las víboras nos iban a llevar; pero igual, cuando ha llegao el Hugo ha salio como loco.
-¿Me podría decir el nombre de su madre?
-Anastasia Anacleta Díaz, hija de Omar Díaz, mi tata, que en paz descanse.
-¿Qué hora era?
-Y no sé, habrán pasao unas dos horas desde que había vuelto
-¿Pero, a qué hora vuelve?
-Y... siempre sabe llegar como a las cuatro, cinco o seis.
-O sea que eran entre las seis y las siete más o menos...
-Puede ser, sí.
-¿Sabría precisar a dónde se fueron?
-Y claro, po.
-¿A dónde?
-A la pulpería. Siempre que lo viene a buscar el Hugo, se van pa la pulpería.
-¿Ud. Sabría a qué fue allí?
-Sí pues hombre, se van a tomar. Vuelven con el sueldo gastao. Yo ya estaba acostao cuando había vuelto, mi mama también, entonces se ha acostao nomás sin decir nada. Al otro día, el sábado, se ha levantao tarde ya, y le ha pedio a mi mama que le prepare algo porque le dolía todo. Mi mama lo ha atendio, le ha preparao un té de yuyos que lo ha compuesto. Después ha comio asao como loco. El día anterior habían carneao a la última vaca. La última porque desde que se junta con ese Hugo, mi mama ha tenio que carnear todos los animales y vender todo los caballos. Ha comio un montón y después se ha hechao en el alero mientras mi mama y yo limpiábamos el chuño que había dejao de la noche anterior y que lo perros estaban meta lamer...
-Muy bien, siga nomás
-Bueno, estando ahí echao se ha quedao dormido. Cuando habíamos terminao de limpiá con mi mama, el perrerío ha empezao ha gritá y ahí nomás se ha visto la polvareda de la moto del Hugo.
-¿Me puede decir la hora aproximada?
-Y bueno, habrán sio como las cuatro ma o meno. La cara de mi mama cuando ha visto la moto lo decía todo. Cuando el Hugo había llegao al rancho, el desgraciao ya se habia despertao con una sonrisa, estaba listo pa` i` de nuevo a la pulpería. Cuando se ha despertao ha agarrao pa` dentro, se ha metio en la pieza y ha choriao los agorros que una vez, cuando ha muerto, el Tata le había dejao a mi mama. Mi mama no se había dao cuenta, entonces el jue` perra se ha ido callao nomás. Se ha despedio así nomás.
-Entonces se dirigió nuevamente a la pulpería aproximadamente a las dieciséis horas del sábado... Muy bien siga nomás
-No, se ha vuelto pa` la pulpería a las cuatro.
-Si, si a las dieciséis
-A las cuatro, güeno, después yo y mi mama nos hemos ido a ver la pieza porque yo lei avisao a mi mama que se había metio a la pieza y que algo había sacao. Entonces hemos visto a mi hermanito ahí dormidito como angelito. Él no había visto nada, yo le juro por mi Tata que en paz descanse que él no ha visto nada. Cuando mi mama se acercao al colchón de su catre, se le han empezao a llenar los ojos de agua, porque ya se había dao cuenta que el desgraciao le había sacao la plata de mi tata. He vivio toda mi vida con ella pero le aseguro que nunca, pero nunca la había visto así, estaba mal mi mama; ha agarrao el retrato de mi Tata, se lo ha apretao contra el pecho y le ha dicho que la perdone que esa plata iba a volver ahí. Después mi mama ha agarrao y se ha ido a seguí haciendo las cosas del rancho porque para ella no hay sábado ni domingo, ni nada. Yo me ido a desmontar porque me lo había pedido mi mama. Hasta que hei terminao se han hecho como las ocho y ya había oscurecío así que mi mama me ha llamao y me ha dao unos amarguitos con pan que recién había horneado. Yo ahí nomá, después de tomá mate y comé me ido a verlo a mi hermanito, que como estaba enfermo, seguía durmiendo tranquilito en su catre.
-¿Me podría decir la edad y el nombre de su hermano?
-Sí, Pedro Rubén Roldán se llamaba y tenía como diez o doce años.
-Pedro Rubén me dijo... bueno la edad, ¿no sabría precisar?
-No.
-Bueno, prosiga, siga con su declaración.
-Entonces yo, después he ido a preguntarle a mi mama si quería algo más o si me acostaba nomá. Y como me ha dicho que no necesitaba nada me he acostao nomá.
-Dice que se acostó, ¿sabría precisar la hora?
-Y... habrán sio como las diez, las once. Cuando estaba durmiendo, así como entredormido, hei escuchao que mi mama lo retaba al desgraciao, le decía si era hora de volver a una casa decente, por qué le había sacao el dinero del tata y por qué venía borracho. Ahí nomás el desgraciao se ha puesto como loco, ha empezao a gritá y a culparlo a mi hermanito, al Pedrito, que estaba enfermito en la cama, que él lo había delatao. Decía que él le había avisao a mi mama que le había sacao la plata. Entonces se ha metio a la pieza, ha pasao al lao de mi catre como una bala y lo ha levantao al Pedrito. El pobrecito no sabía qué pasaba; entonces el desgraciao le ha empezao a dar golpes y lo ha dejao tirao al Pedrito; ahí ha entrao mi mama a la pieza, y le ha dicho que lo deje de pegar. Entonces el otro ha agarrao un palo que había traío la otra noche cuando también estaba machao, y le ha metío en la cabeza al Pedrito. Al pobrecito le ha empezao a salí sangre de la cabeza y se quejaba despacito. Yo soy un chango tranquilo, pero esas cosas me sacan, ahí nomás me agarrao una cosa aquí adentro, entonces hei agarrao el cuchillo que mi tata me había dao una vez cuando decía que yo ya era un hombre, y me le`i tirao encima; lo`i empezao a incá con el facón y el jué perra de tan machao ni se ha dao cuenta que lo estaba incando; he`i sentío tanta rabia que lo`i incao tanto hasta matarlo al desgraciao. Ahí nomá mi mama me ha retao y se ha puesto blanca como un papel; se agachao y lo ha tomao junto a su pecho al Pedrito que se iba en sangre. Yo me`i fijao si el desgraciao respiraba, y me dao cuenta de que lo había matao. El Pedrito agonizaba; entonces he`i salio corriendo, le he`i avizao a Doña Julia, la del rancho de al lao, y me`i venio para acá.