miércoles, 27 de julio de 2011

apuntes sobre el bipartidismo

En la coyuntura política actual argentina, signada por el eterno proceso electoral, los partidos (si es que puede llamársele así) y candidatos se auto-asignan -como es normal- características y calificativos. La "nueva política", "el estilo dialógico", "la alternativa al bipartidismo", entre otras. Esto no es nuevo ni particular de nuestro país, con una clara intencionalidad político-discursiva se pretende asignar por oposición características con una carga negativa a los adversarios políticos. La particularidad argentina es que esas intencionalidades tienen una sóla dirección, el oficialismo. Salvo la honrosa excepcion del sabatellismo, el resto del arco político no-kirchnerista es capaz de hacer o decir, de no hacer o no decir, cualquier cosa con tal de mostrarse agresivo con el gobierno. Mienten, inventan, operan, compran, aprietan... juegan sucio, muy sucio.
El pinismo en capital parece festejar la derrota de Filmus, antes que llorar por haber hecho una elección desastrosa, o porque un inepto como Macri sacó casi la mitad de los votos en la ciudad con mayores índices de desarrollo del país... No importa, perdió el kirchnerismo, hay que festejar.
El socialismo (ya hablamos en otras oportunidades en este blog sobre qué es y qué representa el Partido Socialista en nuestro país y es a él al que nos referimos), aliado con la UCR en su expresión derechosa, festeja el pésimo resultado electoral de Rossi, en lugar de preocuparse por su mala elección frente a un cocoliche como Miguel Torres del Sel y los globos de colores del PRO, o por haber perdido en las elecciones legislativas. No importa, peridó el kirchnerismo, hay que festejar.
Y nombro sólo estos dos porque son los que más llaman la atención de que se acerquen a lo más rancio, o sea no es que llama la atención, debería llamarnos porque uno supone que se comparten algunas banderas. De Carrió, Duhalde y el resto de la fauna es esperable ciertas conductas.
Claro que hay cosas que no dejan de sorprender, como el hijo de Don Raúl Alfonsín, "Ricardito", usando el capital político que alguna vez tuvo su padre, arrodillado frente a la SRA, yendo en la boleta con De Narváez y Carlos Menem; armando operaciones políticas basadas en denuncias falsas, poniendo en vilo el mismísimo sistema electoral democrático. Nuevamente no importa, todo vale para que TN pueda poner durante algunas horas algun zócalo anti-k y mañana Clarín una tapa que será repetida hasta el hartazgo en cuanta radio y página web política exista durante -al menos- toda la mañana. Y aparecerán los opinólogos a llenar páginas de diarios, analizando y recontra analizando y tratando de fascista a algún funcionario nacional. La verdad que a esta altura, no queda otra que pensar que quien piensa y articula todo esto es un fuking genio.
Pero todo esto venía a colación de que resulta que ahora, no sólo no son crispados, no sólo no son confrontativos, no sólo no son corruptos, no sólo no son desprolijos institucionales, no sólo no usan carteras caras, no sólo no tienen botox, no sólo no son genocidas y represores (todo lo que según ellos sí es el kirchnerismo)sino que además son una "alternativa al bipartidismo".
Un concepto central en los analistas políticos del establishment argentino, el "bipartidismo": una noción que aparece en nuestro país cada vez que alguno de los dos partidos históricamente gobernantes (el PJ o la UCR) está haciendo mal los deberes, por lo tanto hay que buscar una alternativa a ellos.
Ya sea porque no se acatan las condiciones y se está pensando en un modelo de país diferente al que los verdaderos poseedores del poder pretenden; o bien porque algún peronista o algún radical acató las condiciones al pie de la letra, generándose las obscenas consecuencias esperables, tornándose necesario maquillar el cadáver y hecharle la culpa al "bipartidismo" y no a los políticas implementadas y a los reales actores, poderes e intereses que hay detrás de ellas.
A ver si nos avivamos, no se trata de peronista o radical, se trata de izquierdas y derechas, de patria o colonia, de oligarquía o pueblo. Hace rato que en la UCR y el PJ los sectores reaccionarios han ganado los espacios de poder más importantes.
No se trata del partido que gobierne, se trata de los intereses que el gobierno defienda, no se trata de ser alternativa al bipartidismo, se trata de ser alternativa a los poderes reales que gobiernan el país desde 1810 a la fecha, con honrosas excepciones como el radicalismo yrigoyenista, el primer peronismo y el kirchnerismo. Si es aliado de Clarín y a la SRA a quién carajo le importa si se dice peronista, radical o socialista?