Que las ideologías han muerto dicen por ahí quienes han hecho de este mundo la casa fría y salvaje de las suyas.
Muchos asisten al velorio convencidos de que es posible un hogar más cálido y humano sin izquierdas ni derechas; alrededor del cajón cerrado, aliviados por la rigidez del cadáver comentan por lo bajo que el honestisismo y el voluntarismo son suficientes.
Detrás de los arreglos florales y las cortinas brindan con siniestros martinis por la propiedad privada, la democracia liberal y la libertad de prensa quienes han usurpado la casa.
Hay quienes fundan Iglesias insistiendo en la resurrección.
Otros, en la puerta del velorio, reparten panfletos e insisten en la vida eterna, ya llegará el furgoncito del manicomio para ellos.
jueves, 2 de febrero de 2012
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